'Hay una estrategia para cargarse la familia, la Iglesia y el derecho a la vida'
El magistrado Francisco Serrano considera que fue inhabilitado porque era un juez molesto que se atrevió a criticar la ideología de género. Cuenta que se reconcilia con la Justicia, pero que pedirá una excedencia voluntaria y seguirá con su despacho.
Rosalina Moreno
Jueves, 27. Octubre 2016 - 14:29
“Vuelvo a la carrera judicial y perdono a los que me han hecho mal y a los que han querido verme en la miseria, que creían que estaba muerto”. El juez Francisco Serrano está que no cabe en sí del gozo de que “por fin se haya hecho justicia” con su caso: este miércoles, el Tribunal Constitucional lo ha rehabilitado. Una noticia que pone fin a un largo calvario de cinco años y que comenta con GACETA.ES.
Cabe recordar que en 2011 fue inhabilitado por ampliar un día y medio la custodia de un padre separado sobre su hijo, cambiando el régimen de visitas del menor establecido por otro juzgado, para que se cumpliera el deseo del pequeño de salir en procesión en Semana Santa, pero la madre del niño denunció al juez y éste fue condenado por prevaricación dolosa.
La inhabilitación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía era de dos años, pero el Tribunal Supremo, ante el recurso de Serrano, la elevó a 10 años por considerar Serrano había sido consciente de incumplir su deber jurisdiccional. Por su parte, el juez, que siempre ha dicho que la resolución que determinó en aquel caso fue la correcta, seguía recurriendo su inhabilitación por una cuestión de dignidad personal.
“Nadie se puede imaginar lo que hemos pasado mi familia y yo. Y menos mal que somos creyentes…”, relata a este diario, y cuenta que precisamente gracias a que se ha refugiado en Dios se ha podido “reinventar” y no ha caído en la desgracia. “He pasado el mar Rojo, la travesía en el desierto, pero ya estoy en la tierra prometida y a Egipto no vuelvo”, destaca Serrano, y anuncia que una vez superada esta “metamorfosis” ha decidido pedir una excedencia voluntaria de magistrado y seguir con su despacho y sus proyectos empresariales.
“He pasado una metamorfosis. Ha sido muy dura, pero ahora me debo a mi despacho porque, además, he creado puestos de trabajo”, relata este juez, casado y padre de dos hijas, que amasa más de dos mil sentencias y veinte años de servicio.
Desde que fue inhabilitado ha ejercido como abogado especializado en asuntos de familia y se ha dedicado a defender "a la verdadera mujer maltratada" frente a la que denuncia "porque le conviene por distintos intereses". Además, en 2012 publicó el libro La dictadura de género, una "denuncia pública" contra las denominadas políticas de igualdad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo en lo relativo a la violencia de género, que el magistrado siempre consideró ineficaces, además de injustas.
Precisamente, por sus declaraciones sobre la frecuencia de lasdenuncias falsas en el ámbito de la violencia de género se ha convertido en la bestia negra del feminismo. “Todo viene porque he sido contrario a la ideología de género. Van a por el juez que piensa así y es políticamente incorrecto según la moda de turno”, destaca Serrano, y también, que eso se llama “delito de persecución por razón de pensamiento”.
Advierte del poder del lobby gay en las instituciones y recuerda el caso del exjuez murciano Fernando Ferrin Calamita, que también fue inhabilitado y vive un calvario desde que veló por los derechos de una menor que iba a ser adoptada por una pareja de lesbianas, hija de una de ellas, que precisamente se han divorciado.
Además, recuerda los suicidios de hombres injustamente acusados, y señala que hay una situación de injusticia "tan generalizada” que implica que el despacho que se dedica a corregir ese tipo de casos tenga una clientela enorme, como el suyo, que tiene clientes en toda España. “La situación es generalizada, aunque la gente no sabe lo que está ocurriendo hasta que lo sufre en sus carnes o le pasa a su hijo, a un amigo o a un familiar”, remarca.
Pone como ejemplo el caso de la individua que ha sido detenida por denunciar falsamente que su exnovio le echó pegamento en la vagina, y destaca indignado que “a ese hombre le hubieran caído 20 años de prisión”.
Asimismo, apunta en que hay muchas denuncias ciertas en las que los hechos no tienen nada que ver con violencia sobre la mujer por el hecho de ser mujer, sino que son discusiones en la propia relaciónde pareja, en relaciones entre iguales.
“Las mujeres habéis pasado una discriminación de desigualdad en la historia, ¿pero ahora hay que volver la torna en venganza para que los hombres del mañana, nuestros hijos, tengan que pagar los errores del pasado?”, dice indignado.
En este punto también subraya que está muy de acuerdo con el respeto y con la igualdad y que a ninguna persona por el hecho de ser homosexual se le tiene que discriminar. Ahora bien, considera que “tampoco tiene que tener privilegios por el hecho de ser gay”.
Preguntado sobre cómo acoge que los católicos sean el objetivo delPlan de Derechos Humanos de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, afirma tajante que “hay una estrategia global marcada para cargarse la familia; las instituciones que defienden la familia, entre ellas la Iglesia; y el derecho a la vida”.
No da crédito a que Mariano Rajoy hable de mejorar la Justicia cuando, por ejemplo, “no ha hecho nada por despolitizarla”. “Ni él ni ninguno”, sentencia el juez Serrano.
También asegura que el PP "se ha vendido en el plano del pensamiento y de las ideas al relativismo moral de la izquierda" y afirma que con “el único partido” que se ha encontrado a gusto ha sido con VOX: "Por una coherencia de vida, de principios y de valores llevaba tiempo buscando alguno que defendiera lo que realmente defiende VOX". De ahí, que el magistrado decidiera dar otro paso al frente y adentrarse en política como candidato a la presidencia de la Junta y cabeza de lista por Sevilla de la mano de esta formación.
La cascada de reacciones en apoyo al juez Serrano no se ha hecho esperar y así lo han mostrado en las redes sociales, entre otros, precisamente el presidente de VOX, Santiago Abascal.
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