sábado, 14 de enero de 2017

Ideología de género: el nuevo totalitarismo






Ideología de género: el nuevo totalitarismo

07.01.17 | 15:29. Archivado en Sociedad
Es fácil escribir a inicios de un nuevo año, basta desear a todos lo mejor, bendecir a la gente conocida y desconocida. Salvar la distancia para estar presente en el corazón de todos aquellos que también forman parte del tuyo propio. Pero una vez realizado este gesto de bonhomía, ya que es de bien nacidos ser agradecidos, pasamos a la realidad apabullante de un mundo en permanente conflicto y de aquellos que azuzan en los medios para llevar el agua a su molino.
No me gusta hablar de la ideología de género porque lleva implícita una serie de contradicciones insalvables. No se trata de la igualdad de hombres y mujeres en derechos y deberes, eso forma parte ya del acervo cultural de nuestra época, aunque medio mundo lo ignore e incluso quienes se las dan de feministas, no dejen de apostar por estar siempre un peldaño arriba de la mujer.
El caso de la ideología de género es perverso porque conlleva una antropología torcida. No es que se trate de respetar el amor entre seres del mismo sexo. Nadie puede juzgar el amor, se trata de educar en un pensamiento errático donde ser hombre y mujer forma parte de un constructo social. De manera que la identidad de los jóvenes está a merced de las modas sociales, dejándolos huérfanos de referentes en unos momentos cruciales de su vida.
Se trata de apostar por caprichos, a veces sólo caprichos y nada de transexualidad, que ocasiona tantas disfunciones mentales, tantas decisiones irreversibles, tanta angustia personal. Y dejar que la infancia juegue con algo tan serio es un verdadero despropósito.
Pero la realidad se impone como la nueva ideología de una sociedad que ha perdido sus referentes cristianos y en nombre de la misericordia confunde el bien con el mal. Digamos alto y claro que la convivencia no puede ser imposición ideológica desde la más tierna infancia, la convivencia es enseñar el respeto al diferente, pero no educar para ser corruptores de menores en potencia.
Se han levantado voces de supuesto prestigio teológico para mezclar la ideología de género exclusivamente con el feminismo, cuando lo cierto es que eso es distorsionar la verdad. La realidad se vive no en los papeles y los libros sino en el día a día con los jóvenes y las personas que tienen orientación sexual diferente. La realidad se empeña en ser cruel con el débil y es nuestra obligación como cristianos defender su causa, pero sin retorcer la verdad. Que emana y fluye del amor entre seres de diferente sexo, que es la más hermosas de las causas que defiende Amoris Laetitia, en la voz del Papa Francisco.
Retorcer sus palabras para dar significados nuevos es la especialidad de la demagogia, tan frecuente en nuestros tiempos. Dar ejemplo de respeto a la diferencia no consiste en promocionar desde los púlpitos mediáticos esa diferencia, que se ha vuelto ahora tan de moda, tan sin parangón que la gente inmadura, puede relativizar de tal manera el sexo que lo que sucede es un pansexualismo bisexual de dudosa curación.
No respetar la inocencia de los jóvenes y confundirlos con videos o películas que prometen educar en la diversidad sexual, es la nueva oleada de un totalitarismo asfixiante en este siglo XXI Nos estamos jugando una sociedad que es capaz de sodomizar a la infancia con la pose de la igualdad de géneros y de identidad sexual. Una sociedad no más libre sino más bien confusa y dispuesta a experimentar con gaseosa.

Pues estas son mis primeras palabras del año que comienza con el pie equivocado en tantos reinos de taifas que nos envuelven con sus semánticas liberadoras de pacotilla.

http://blogs.periodistadigital.com/dialogosinfronteras.php/2017/01/07/ideologia-de-genero-el-nuevo-totalitaris

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