sábado, 14 de enero de 2017

Un valiente paso adelante

Un valiente paso adelante

Como un valiente paso adelante y de gran valor moral y patriótico debe reconocerse la decisión del presidente Juan C. Varela de poner fin a una de las mayores amenazas a la identidad cultural del país cuando eliminó la propuesta Dirección Nacional de Género y Desarrollo Humano que había logrado establecerse en el Ministerio de Educación. Al eliminar esa oficina, el presidente cumplió con sus promesas pro vida y familia y su deber como responsable del bien común; un sabio concepto mencionado frecuentemente en sus mensajes.
Varela eliminaba un creciente temor que minaba la confianza en su gobierno por importantes sectores de la sociedad civil activos en la defensa y promoción de valores éticos, morales y cívicos; una sociedad formada por grupos escolares de padres, defensoras de la vida humana desde el embarazo; asociaciones defensoras del matrimonio y la familia, la patria potestad, y a una educación sexual científica sin sesgos ideológicos. La amenaza a estos valores es universal, como lo es el silencio y la manipulación a la que es sometido el tema por los medios en todas partes del mundo. Y es que no importa lo que diga y cómo lo diga el documento que creaba la oficina de género eliminada.
Esta sola palabra, Género, lo dice todo La ideología afirma, por ejemplo, que "no existe un hombre natural o una mujer natural, que no hay conjunción de características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo" Éste no importa, sino el género, que cada quien escoge. Se señalan 123 géneros, empezando por los conocidos LGBT…y +. De allí todas los disparates conocidos.
Felizmente, abunda la documentación clara y veraz sobre el tema. Que un alto funcionario gubernamental desconozca la verdad de la ideología de género es muestra de mediocridad. Aplicarla en el trabajo es grave irresponsabilidad. Hablar de la ideología de género es hablar de la “mayor amenaza” la civilización, según el doctocardenal Robert Sarah.
No estamos hablando de nimiedades, sino de una ideología anticristiana y antinatural adoptada por la ONU en 1995, en Beijing, China, y desde entonces, oficializa, se impone mediante engaños, como se ha hecho en nuestro país. La ideología de género alimenta lo que san Juan Pablo II llamó “la cultura de la muerte”. Un gran paso adelante dio el presidente. Pero, es necesario dar otros para eliminar esa amenaza antes que su veneno nos elimine.
*El autor es periodista

http://metrolibre.com/opinion/un-valiente-paso-adelante-18a




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