Ideología de género: ¿Política de Estado?, por Alfredo Gildemeister
Sorprenden –una vez más- las declaraciones de nuestro presidente ante las críticas que -los cada vez más numerosos sectores y personas- le hacen al cuestionado ministro de Educación, Jaime Saavedra, sobre los discutibles gastos observados en compras de computadoras y publicidad, pero especialmente ante las innumerables críticas por la inminente implementación de la ideología de género en el currículo educativo a partir del próximo año 2017. Pedro Pablo Kuczynski (PPK) declaró recientemente de manera tajante: “Rechazo los cuestionamientos sobre la reforma educativa, lo apoyaré porque es una política de Estado”. En otras palabras, señaló que su gobierno apoyará esa “reforma educativa” que incluye la implementación de la ideología de género en los colegios, porque es una política de Estado. Estas declaraciones las pronunció el Presidente ante un masivo plantón que se llevó a cabo en el frontis del Ministerio de Educación el pasado viernes 25 de noviembre. Asistieron cientos de padres de familia, así como líderes y representantes de diferentes organizaciones sociales y civiles convocado por el movimiento pro familia en rechazo a la nueva currícula escolar 2017.
Por casualidad, pregunto, ¿Conoce nuestro presidente algo al menos de lo que constituye la denominada ideología de género o simplemente se deja avasallar y convencer por su amigo el congresista Bruce y otros curiosos personajes caviares y dícese “progresistas” que han invadido como plaga de langostas el actual gobierno? ¿Es consciente nuestro presidente de las terribles implicancias que conlleva esa nefasta y absurda ideología para los niños y para la familia peruana? ¿Es consciente nuestro presidente que el propio Papa Francisco como jefe de la Iglesia Católica ha rechazado esa ideología, calificándola de perversa? En todo caso, al margen de la religión, al menos desde el punto de vista estadístico, ¿Es consciente el presidente de que casi un 90% de los peruanos son católicos y por tanto rechazan esa ideología por todo lo negativo y destructivo que implica para la sociedad peruana, para los niños y la familia? ¿Es consciente nuestro presidente de que es solo una ínfima minoría la interesada en la implantación de esta nefasta ideología?
Al parecer, el presidente no tiene la menor idea, y en todo caso, si la tiene, pareciera que le importa muy poco o nada lo que opine el 90% del país, así como las implicancias y gravísimas consecuencias de esta ideología para la familia, los niños y en general, para los seres humanos, tanto así que, para el presidente, su implementación en el sistema educativo peruano constituye una “política de Estado”, al mejor estilo de las políticas totalitarias implantadas por dictadores como Hitler, Stalin, Mao, por solo citar algunos, con sus políticas antifamilia impuestas en su momento.
El presidente debería saber que los padres de familia en el Perú tienen el derecho fundamental de educar a sus hijos como mejor les parezca y son los primeros educadores, antes que el colegio, el nido o lo que fuere. Adicionalmente es un derecho constitucional –sería bueno que esto se lo informaran sus asesores- por lo que no se guíe solo por lo que le cuente el congresista Bruce y sus amigos, que tienen intereses concretos en la implementación de la referida ideología. Entérese también de paso presidente que, en la moderna doctrina neocomunista, la ideología de género es su nuevo caballito de batalla, es su punta de lanza para destruir a la sociedad actual, la familia, los valores y la religión, para luego implantar el sueño comunista y su doctrina atea y antihumanista. De allí que, el reclamo que vienen manifestando los padres de familia al rechazar la nueva currícula por incluir la ideología de género en su contenido, es perfectamente legítimo y están en todo su derecho, más aún cuando nuestra propia Constitución –sería bueno que le diera una miradita de vez en cuando- así como nuestro Código Civil y demás leyes referentes a los niños y adolescentes, protegen al niño, al adolescente y a la familia, estableciendo el derecho absoluto –y también la obligación de los padres- de educar a sus hijos.
Usted ha declarado, en relación al cuestionado ministro Saavedra que: “Lo que no es aceptable son insinuaciones contra su persona, maltrato y cuestionamientos sobre el objetivo principal, que es la reforma educativa en todos sus niveles, desde la educación inicial, que empieza a los dos años, hasta la educación universitaria”. Nadie duda que la crítica que se le hace al ministro no es contra su persona y nadie desea su maltrato. Pero usted presidente, ¿Está indicando que no es aceptable que los peruanos y padres de familia manifestemos nuestros “cuestionamientos” a la reforma educativa, impuesta por Saavedra, en todos sus niveles? Señor presidente, al parecer usted olvida que vivimos en una democracia y que todos los peruanos tenemos el derecho fundamental y constitucional de cuestionar lo que nos vengan en gana, especialmente a los gobernantes que hemos elegido y que son servidores públicos a los cuales les pagamos su sueldo con nuestros impuestos –aunque ya sabemos que a usted le parece un sueldo bajo- por lo que tenemos todo el derecho que queramos a cuestionar su gestión y la de su ministro de Educación, que también dicho sea de paso, es un servidor público que sirve a la sociedad civil peruana, esto es, a todos los peruanos.
Finalmente, señor presidente, le ruego que no se burle del pueblo cristiano y católico peruano ya que, usted ha consagrado su familia y todo el país al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado corazón de María, para luego apoyar y querer imponer la ideología de género en los colegios del Perú, ideología intrínsecamente anti familiar y anticristiana. De allí que, por favor presidente, sea coherente con lo que hace, dice y opine y no pretenda tomarnos el pelo a la inmensa mayoría cristiana del Perú. Entienda que la ideología de género atenta contra la persona humana, la familia y especialmente contra los niños del Perú. Usted no fue elegido para esto presidente. No se deje manipular por ciertos intereses. Cumpla con su deber de defender la Constitución y a la familia peruana. De otra manera, a esa gran mayoría cristiana y católica no le quedará otra alternativa que protestar democrática e incansablemente, mediante marchas multitudinarias y otros conductos, para erradicar esa nefasta “política de estado”, puesto que atenta contra la niñez y la familia. Rechace esa ideología. No olvide presidente, que somos mayoría.
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