‘Mi princesito tiene cuatro años’ y otros contenidos LGTB para colegios
Gaceta.es
1 diciembre, 2016
¿Sabes lo que quieren enseñarle a tu hijo en el colegio? Esa es la pregunta que se hace y le hace la organización Hazte Oír, que ha compilado en una publicación algunos de los contenidos con que las asociaciones LGTB quieren educar a los menores en las escuelas. Pasen y vean.
‘¿Sabes lo que quieren enseñarle a tu hijo en el colegio? Las leyes de adoctrinamiento sexual’. El título ya adelanta el contenido. Se trata de saber a qué se refieren las distintas leyes autonómicas -aprobadas en Murcia, Madrid, Cataluña…- cuando hablar de llevar, en aras de la igualdad y la visibilización positiva del ‘colectivo LGTBI’ –contenidos educativos a las aulas de colegios públicos, privados y concertados.
El libro, editado y distribuido en más de 16.500 centros educativos por la organización ciudadana Hazte Oír, explica cómo las leyes aprobadas en diez comunidades autónomas permiten que los “activistas LGTBI” revisen materiales e impartan talleres y charlas. Tomando como modelo algunos de los materiales con que ya trabajan estas asociaciones, describen el escenario al que muchos padres de familia podrían enfrentarse en un futuro nada lejano.
“Mi Princesito tiene cuatro años. Le gustan las cosas bonitas. Su color favorito es el rosa. Le gusta jugar a ponerse vestidos de niña. Baila como una preciosa bailarina”. “Papá le dice a mi Princesito que está muy guapo cuando se pone un vestido. ¡Papá le coge de la mano y dice que haga piruetas!”. Es un fragmento del libro Mi Princesito, de Cheryl Kilodavis y forma parte del “tipo de contenidos que propone la ideología de género y que los colegios estarán obligados a impartir”.
El Día de todo al revés, de S. Bear Bergman, explica a los pequeños por qué se pide un deseo antes de soplar las velas de cumpleaños. “Porque un hada los lee todos, ya sean graciosos o serios, tristes o maravillosos. Este año Gabriel ha cumplido nueve años y ha pedido un deseo que el hada de los deseos no había oído nunca: ser una chica”.
Entre las propuestas educativas contenidas en la guía Abrazar la Diversidad, editada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en 2015, figuran también las actividades no sexistas: dos láminas; en una, una niña y sus dos mamás limpian su casa. En la de al lado, un niño y sus dos papás, limpian su casa.
Para definir a las parejas formadas por dos hombres o dos mujeres, los contenidos educativos propuestos por Sanidad acuñan el término de familia arcoiris. Y así lo muestran a los colegiales.
Además, hay láminas para que los más pequeños entiendan el fenómeno de la transexualidad. Así, niños y niñas de primaria podrán dibujar “chicas con pene y chicos con vulva”, según rezan los manuales.
También se abordará la cuestión del ropero. Una vieja reivindicación del lobby LGTB y el feminismo radical -la del armario unisex- llega a las aulas con actividades como “el ropero del niño perfecto”.
“Estas leyes son un adoctrinamiento programado porque imponen valores controvertidos y vulneran la libertad de los centros y el derecho de los padres a educar a sus hijos”, explica Teresa García-Noblejas, portavoz de HazteOir.org, tras la presentación del libro. Una leyes que, aseguran desde la plataforma, obligan a enseñar ‘diversidad sexual’ y acaban con el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y creencias, además de liquidar la libertad de enseñanza y desorientar a los niños.
Nada de homofobia
Para quien quiera lanzar alguna acusación contra la plataforma, los autores del libro señalan: “No hay ninguna afirmación en este libro que pueda calificarse de ‘homófoba’”. “En esta publicación se afirma textualmente que los derechos de las personas LGTBI, como los de cualquier otro ciudadano, ya se encuentran garantizados por la Constitución española, son reconocidos en Europa y en la ONU. La legislación general nos hace iguales ante la ley y protege a las personas de la discriminación. No son necesarias nuevas leyes de inferior categoría para asegurar derechos que ya existen”, concluyen.
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