domingo, 29 de enero de 2017

Seis lecciones de la nueva Declaración de Independencia de Washington

Seis lecciones de la nueva Declaración de Independencia de Washington

Ha sido el suceso del año y posiblemente de lo que llevamos de siglo. La Marcha por la Vida de Washington recuerda la rebelión de los obreros de Gdansk contra la tiranía soviética. Puede que sea el principio del fin de la tiranía del aborto.
 




Abraham Lincoln, Donald Trump, Martin Luther King y George Washington / Actuall
Puede que alguien nos tilde de ingenuos por subrayar el calado de la Marcha de Washington, con todo un Gobierno de la Unión apostando inequívocamente por la vida, por primera vez desde más de 40 años.
Pero en Actuall estamos convencidos de que este puede ser el principio del fin de la cultura de la muerte. Desde luego en EEUU, pero a la postre también en Europa.

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Sabemos que la batalla será larga y difícil, pero lo que hemos visto en la patria de Washington, Lincoln y Martin Luther King nos llena de esperanza.
Estas son las seis lecciones que se pueden extraer de la Marcha por la Vida 2107.
1. Que la causa de la democracia no está perdida. No puede haber democracia si no se respeta la vida; el Estado de Derecho es una farsa, si se legitima la muerte de inocentes. Desde que Trump llegó a la presidencia la causa por la democracia se ha visto reforzada -al menos en ese aspecto, aunque debo decir que se trata de un aspecto medular-.
Tan medular que está en la entraña misma del nacimiento de los Estados Unidos. Como recordó el vicepresidente Mike Pence, el primero de los derechos que se citan en la Declaración de Independencia es el derecho a la vida (“vida, libertad, y búsqueda de la felicidad”).
Marcha por la Vida Washington
Multitudinaria “Marcha por la Vida” celebrada en Washington el viernes 27 de enero de 2017 / EFE
2. Que el crimen no tiene la última palabra.- No es fácil desmontar el crimen organizado cuando tiene sólidas conexiones con el poder político, dispone de redes clientelares, y ha tenido la habilidad de comprar voluntades durante décadas.
Pero ha bastado una decisión política (y la denuncia previa de un modesto ciudadano, David Daleiden, y la esforzada labor de los grupos pro-vida) para que Planned Parenthood haya acabado entre la espada y la pared.
La estrategia por la vida de Trump no pasa por demonizar a las madres que abortan, sino por cortar fondos a quienes se lucran con esa tragedia y en cambiar las leyes
3. Que la mentira tiene las patas muy cortas.- Ya lo dijo Lincoln, otro icono de la libertad en EEUU: “se puede engañar a todos algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar siempre a todos”. Ese tiempo han sido 44 años: los que distan desde que en 1973, se despenalizó el aborto en EEUU, sobre la base de un engaño: la sentencia del caso Roe vs. Wade.
Como la propia Jane Roe reveló años después, su embarazo no era fruto de una violación, pero que esa mentira fue utilizada por los lobbies abortistas y feministas para conseguir una legislación pro-aborto.
4. Que el enemigo no es la mujer en trance de abortar.- La estrategia por la vida de Trump no pasa por demonizar a las madres que abortan, sino por cortar fondos a quienes se lucran con esa tragedia y en cambiar las leyes.
kellyanne conway
La asesora de Donald Trump, Kellyanne Conway, pronuncia un discurso en la Marcha por la Vida de Washington
Quedó muy claro en la Marcha de Washington: no se trata de condenar o juzgar o nadie. ““Nuestro mensaje y nuestras acciones también deben alcanzar a aquellas mujeres que se enfrentan a embarazos no planificados” dijo Kellyanne Conway.
Y añadió “deben saber que no están solas, que no se las juzga, que ellas también están protegidas y cuidadas y celebradas”.
Se trata de buscar soluciones imaginativas al drama del aborto: ayudas a la maternidad o facilidades para la adopción (“adoption, not abortion”) incluso con parte de los fondos que hasta ahora iban destinados a promover el crimen en el vientre materno.
No hace falta dominar el Corán o el catecismo para saber que hay vida desde la concepción y que acabar con un inocente es un crimen. El ‘No matarás’ es de ley natural, y lo capta cualquiera que no sea un nazi o un estalinista
5. Que la lucha por la vida no es una cuestión religiosa, sino una causa transversal.– La Marcha del viernes y el cambio que se está dando en EEUU ha unido a católicos, evángelicos, judíos o agnósticos. El presidente que ha cortado los fondos a Planned Parenthood es presbiteriano, pero no especialmente religioso, y su vida privada no es precisamente modélica. Ha tenido tres esposas: Ivana Zelníková, Marla Maples y ahora Melania Knaus y más de una vez ha estado envuelto en escándalos sexuales.
Pero no hace falta dominar el Corán o el catecismo para saber que hay vida desde la concepción y que acabar con un inocente es un crimen. El ‘No matarás’ es de ley natural, y lo capta cualquiera que no sea un nazi o un estalinista.
6. Que la batalla cultural se puede ganar.- En Europa, la envejecida y enferma Europa, creemos que no. Vamos a las manifestaciones pro-vida con moral de derrota (si es que vamos), nos hemos tragado el cuento de que el mal tiene la última palabra. Y eso que vimos caer el Muro. Ahora acabamos de ver que la Cultura de la Muerte se puede tambalear e incluso deshacer como un castillo de naipes.
Nadie podía imaginar hace solo un año y unos meses, cuando Actuall nació para defender la vida, que las cosas podían cambiar en los Estados Unidos de los 8 millones de abortos, del tráfico de restos de fetos, y de una organización criminal (Planned Parenthood) amparada por el Gobierno de Obama.
Si alguien nos hubiera dicho entonces, que un vicepresidente llegaría a afirmar: “No descansaremos hasta restaurar la cultura de la vida en América”, (Mike Pence en la Marcha de Washington), le hubiéramos tomado por loco.
Conclusión.– ¿A qué estamos esperando para importar a Europa la revolución por la vida y la libertad?
http://www.actuall.com/criterio/vida/seis-lecciones-de-la-nueva-declaracion-de-independencia-de-washington/

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