sábado, 12 de noviembre de 2016

CONTRA EL DISCURSO DE ODIO DE LA IDEOLOGÍA DE GENERO LOBBY LGTBI.

Muros que no se ven

Muros que no se ven
Daniel Valles.-  Los mexicanos estamos tan involucrados en la cultura norteamericana que casi “somos gringos”. Hablamos, pensamos, comemos y vivimos como ellos. Muchos prefieren Starbucks, Wal-Mart, Burger King a Punta del Cielo, Soriana o Burritos X, respectivamente. 
Usamos palabras que otorgan efímera categoría o clase: “selfi”, “empoderar”, “cash”. Vamos de “shopping” y ni hablar de la tecnología. Sé que es más práctico y conveniente usar “back up”, “Tablet”, imail, etc., que respaldo, tableta o correo-electrónico, lo que en España no hacen. ¿Será por la distancia que hay con EU o por el amor al idioma español? ¡Vaya usted a saber! 
Lo cierto es que en México estuvimos antes y estamos más metidos opinando sobre la elección norteamericana, que parecería que es nuestra elección. Los medios de comunicación no hablan de otra cosa que no sea Hillary Clinton y Donald Trump. 
La gran fuerza de estos medios ha metido el tema en el diario vivir de todos los mexicanos y del mundo entero. ¿Es una elección tan importante? ¿En qué es diferente a la de Kennedy-Nixon? ¿Obama- Romney? 
La pregunta sería difícil de contestar para el grueso de personas que opinan en las redes sociales y en muchos medios mexicanos. El tema no es único, pero entre todos resalta el de un muro. Un discurso “de odio” (término acuñado en EU que en México se ha hecho popular por muchos motivos no muy claros y que se usa para medir solo al señor Trump cuando éste pronuncia algo que no es del agrado de muchos en México. Pero que igual, los mexicanos expresan impunemente lo mismo, de diferente forma). 
También está la devaluación o variación del tipo de cambio del peso frente al dólar, el cambio en el “status quo”. El que quienes lo ostentan, lo organizan, lo controlan, lo defienden a ultranza, dando con ello una lectura equivocada para quienes no lo ostentan, sino que son sus víctimas y son el 90% de las personas, la gente en general. 
Quienes detentan el poder político, fundaciones, organizaciones sociales y financieras lo han convertido en la fuente de sus privilegios. Se ven en peligro de perderlo todo si Hillary no llega a la Casa Blanca. Como así sucedió. 
Estos son algunos de los “bemoles” que la gran cantidad de “opinadores” en redes sociales no toma en cuenta. Y con ello no afirmo que la otra opción, la de Trump, haya sido mejor. Pero sí es una que ha encontrado apoyo entre miles de personas que están cansados de “más de lo mismo” que el sistema político les ha dado, que es lo que ofrece Hillary. La que el presidente Obama prometió terminar y no cumplió. 
Como tampoco cumplió sus promesas de legalización de millones de mexicanos y centroamericanos ilegales que se encuentran viviendo y trabajando en Estados Unidos, que a diario tienen que sortear un sinfín de obstáculos para poder ganarse la vida. De hecho, la administración Obama es la que más ha deportado y separado familias. 
En México -falsamente- se considera que tales personas tienen derecho a ir de ilegales a trabajar allá. Hasta apelan algunos a los derechos humanos. Le recriminan a Trump que hable y diga lo que no solo los norteamericanos del KKK dicen, sino una gran mayoría de anglos y también de negros norteamericanos que maldicen la “plaga mexicana” de ilegales y de legales en Estados Unidos. 
Hay muros que no se ven. Aunque sean más grandes, peligrosos y separatistas que los que sí se ven. Son temas del diario vivir que solo se sienten cuando ya no se pueden cruzar porque una nueva ley ha surgido. Son los que Hillary ha levantado a lo largo de casi tres décadas. 
Muros que tienen que ver con una degradación de la vida, con favorecer la guerra que la élite gubernamental y financiera apoya siempre. (Un presidente de EU no puede hacer la guerra sino tiene el apoyo del Congreso. Lo que requiere de ambos partidos). 
Los muros que Hillary ha levantado están ya en toda la sociedad occidental. La han dividido. La han trastocado y afectado en su “modus vivendi”. Tienen que ver éstos con el origen y promoción de una ideología que ha transformado las bases de la vida familiar, social, laboral y en general que han permeado los estratos sociales con una premisa falsa: el beneficio de la mujer. Usando “medias” verdades; los derechos reproductivos de adolescentes. El aborto. 
Sabemos que cuando se edifica algo con base en una premisa falsa, se tienen resultados igualmente falsos. Fáciles de aceptar porque son correctos políticamente. El aceptarlos o no depende la permanencia en las plataformas donde hay dinero, fama y poder. Elementos que satisfacen mejor que cualquier droga conocida. Son el mejor satisfactor de la historia y por los que el ser humano en cualquier época ha arriesgado todo. Pero también, eso es como edificar sobre arena. 
En México se reclama el discurso racista de Trump. El que es un asco. Cierto. Mas no se identifica el que Hillary usa y que está plagado de paralogismos. En México se tolera el discurso de políticos que hacen lo mismo que Trump con los pueblos indígenas mexicanos. 
Tampoco se recrimina el discurso de odio que la ideología de género fomenta diariamente contra quienes no comulgan con el mismo. Ideología que Hillary ha encabezado y promovido desde los años ochenta del siglo XX. 
No se analiza que con el pretexto de la equidad se ha construido una sociedad más inequitativa y que está dividida por los muros que no se ven. Que por “empoderar” esto y lo otro se ha empobrecido y podrido el diario vivir de 390 mil jóvenes adolescentes mexicanas que están pariendo a su primer hijo, siendo discapacitadas para funcionar como madres de familia y perpetuando así el círculo de la pobreza. 
Se ha fomentado la irresponsabilidad masculina con tanta alternativa para ejercer la sexualidad. Hay facilidad de abortar, sea en una clínica del gobierno o por medio de una pastilla de emergencia. Usando y promoviendo las premisas falsas y las “medias” verdades de la ideología de género, la que levanta muros invisibles, muros que no se ven. 
Se reclama el descaro de Trump al decir que habría un muro pagado por México para evitar que crucen los pobres mexicanos a EU, cuando se tolera el crecimiento geométrico de éstos en nuestro país. Pobres a los que en México se les ponen otro tipo de muros, los que están cimentados en la gran corrupción gubernamental y privada que domina a los mexicanos, sin que todas esas voces que reclaman a Trump y favorecen a Clinton hagan lo mismo con los connacionales que reclaman la injusticia. 
¿Por qué? Porque no lo quieren ver. Porque se critica lo ajeno, pero se tolera lo propio. Porque si son expulsados cuatro millones de michoacanos de EU, no sabrían qué hacer con ellos en Michoacán, según dijo el gobernador de ese estado, Silvano Aureoles. 
Hay muros que no se ven. Aunque sean más grandes, peligrosos y separatistas. Que también estuvieron en juego en la elección del martes en Estados Unidos. Pero el que no lo sabe, es como el que no lo ve y hoy en México, mucha gente sigue reclamando, como si aquél fuera su país. Ahí El Meollo de este Asunto. 
FUENTE http://www.juarezhoy.com.mx/index.php/perspectiva/item/9680-muros-que-no-se-ven

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